Las negociaciones por la renovación pasan factura al jugador riojano, que esta noche fue pitado por un sector de la grada durante el partido con el Slaven.
La Catedral es como un tribunal. Administra justicia siguiendo sus leyes a quienes pasan por ella. Esta noche le tocó el turno a Fernando Llorente. El delantero rojiblanco saltó al campo para sustituir a Ibai Gómez en la segunda parte del encuentro contra el Slaven, perteneciente a la tercera ronda de la Europa League, y recibió los pitos de algunos aficionados y los cánticos de "¡Estamos en crisis, Llorente, estamos en crisis!".
Todo podría haberse quedado en una mera anécdota si esas protestas no se hubiera extendido hasta el minuto 90. Sin embargo, cada vez que el riojano participaba en una acción o estaba cerca del balón, San Mamés le silbaba. Al menos, una parte de ese San Mamés que muchas veces se ha encomendado a él en busca de la victoria. ¿Por qué? Entre líneas se leía la palabra 'castigo'.
Una parte de la grada parece no perdonarle a Llorente cómo está llevando la negociación para renovar con el Athletic. El entorno del jugador presiona al club para que el nuevo contrato incluya una subida de sueldo, hasta los 5,5 millones de euros, mientras que el club "solo" está dispuesto a pagar hasta los 4,5. Ahora, el de Rincón de Soto cobra 3 millones netos y es el mejor pagado de la plantilla.
Se marchó a la Eurocopa sin un acuerdo y cuando ha vuelto, el asunto se ha quedado estancado. El entorno del club está inquieto, por las negociaciones y por el alejamiento entre el delantero y el técnico, Marcelo Bielsa. Y está claro que la hinchada también está nerviosa y enfadada por el cariz que ha tomado la situación.
Hoy Llorente ha recibido un primer aviso, aunque no sea el único jugador que está mareando la perdiz para firmar su continuación: ahí está el caso de Javi Martínez, que se deja querer. Y el riojano se ha dado por enterado del tirón de orejas, tanto es así que mientras sus compañeros saludaba desde el centro del campo a la afición él se ha retirado discretamente al vestuario.
Todo podría haberse quedado en una mera anécdota si esas protestas no se hubiera extendido hasta el minuto 90. Sin embargo, cada vez que el riojano participaba en una acción o estaba cerca del balón, San Mamés le silbaba. Al menos, una parte de ese San Mamés que muchas veces se ha encomendado a él en busca de la victoria. ¿Por qué? Entre líneas se leía la palabra 'castigo'.
Una parte de la grada parece no perdonarle a Llorente cómo está llevando la negociación para renovar con el Athletic. El entorno del jugador presiona al club para que el nuevo contrato incluya una subida de sueldo, hasta los 5,5 millones de euros, mientras que el club "solo" está dispuesto a pagar hasta los 4,5. Ahora, el de Rincón de Soto cobra 3 millones netos y es el mejor pagado de la plantilla.
Se marchó a la Eurocopa sin un acuerdo y cuando ha vuelto, el asunto se ha quedado estancado. El entorno del club está inquieto, por las negociaciones y por el alejamiento entre el delantero y el técnico, Marcelo Bielsa. Y está claro que la hinchada también está nerviosa y enfadada por el cariz que ha tomado la situación.
Hoy Llorente ha recibido un primer aviso, aunque no sea el único jugador que está mareando la perdiz para firmar su continuación: ahí está el caso de Javi Martínez, que se deja querer. Y el riojano se ha dado por enterado del tirón de orejas, tanto es así que mientras sus compañeros saludaba desde el centro del campo a la afición él se ha retirado discretamente al vestuario.